El guiño de la reina Máxima a su anfitriona, Isabel II, estaba en sus pendientes de diamantes, procedentes de la tiara Estuardo
Un día después de la investidura del rey Felipe como Caballero de la Orden de la Jarretera en Windsor, ha tenido lugar otro importante acontecimiento en Reino Unido. Concretamente en Ascot, donde se ha inaugurado la 308º edición de la emblemática competición de carreras. Un evento al que, como no podía ser de otra manera, han asistido numerosos royals, destacando la presencia de Guillermo y Máxima de Holanda y los duques de Cambridge.El pasado lunes, el Castillo de Windsor era testigo de la complicidad existente entre Kate, Máxima y la reina Letizia. Las tres protagonizaron instantáneas en las que, muy sonrientes, charlaban animadamente. Para la ocasión, la reina Letizia optó por un diseño de la marca sevillana Cherubina en blanco y negro y un tocado de la misma firma. Mismos colores por los que se decantó Kate Middleton en su atuendo.Un enorme diseño de rafia que cubría gran parte de su rostro, adornado con tules y numerosas flores de tela. Sus pendientes, estaban realizados con diamantes desmontados de la histórica tiara Stuart. Y como perfecto complemento a su look, una enorme sonrisa de la que no se deshizo durante de toda la competición, a pesar de que la lluvia amargase la parte final de la jornada.
La reina Isabel II, anfitriona de este evento, escogía, al igual que su nuera, el color azul bebé para su estilismo. Pero no era la única, otras royals como Eugenia o Beatriz de York también elegían el azul. En cualquier caso, a quien no pudimos ver en Ascot fue a nuestros Reyes, pues hoy mismo se conmemoran en nuestro país sus cinco años de reinado con un acto oficial.
Una mujer tan amante de las pamelas, sombreros y tocados como Máxima de Holanda parecía haber nacido para las carreras de caballos de Ascot. Esta tarde, ese destino se ha cumplido. Aprovechando su visita al castillo de Windsor, donde ayer Guillermo Alejandro I fue investido caballero de la Orden de la Jarretera, los reyes de los Países Bajos han asistido a la primera jornada del Royal Ascot como invitados de la reina Isabel II, mientras que doña Letizia y Felipe VI, quien ayer también fue investido caballero de la orden, han tenido que regresar a España para cumplir con sus actos públicos.La ovación de los 60.000 espectadores del Royal Ascot ha recibido como año tras año a la reina de Inglaterra. Cada día de estas carreras queda inaugurado en el momento en que la monarca, acompañada durante la jornada por algún otro miembro de la familia real británica, entra montada en su carroza en el recinto. En esta ocasión, lo ha hecho junto a Andrés de York, mientras que otros miembros de la familia, como los duques de Cambridge, el príncipe Carlos o la duquesa de Cornualles, viajaban en las carrozas siguientes. Sin embargo, quienes esta tarde han acaparado la mayor parte de la atención de los espectadores han sido Guillermo Alejandro I y Máxima de Holanda, que compartían carroza con su anfitriona.La reina consorte de los holandeses ha estado literalmente a la altura de las circunstancias con un enorme sombrero repleto de hojas a juego con su nuevo vestido de Natan, su firma de cabecera, y sus zapatos de salón de Gianvito Rossi. El motivo floral del sombrero también parece haber influido en la elección de su brazalete, una pieza del joyero real holandés realizada con diamantes y la forma de pequeñas flores.El guiño de la reina Máxima a su anfitriona, Isabel II, estaba en sus pendientes de diamantes, procedentes de la tiara Estuardo. Esta joya, con la que Máxima de Holanda se tocó durante la visita de Estado que ella y su marido realizaron a Londres hace unos meses, fue un regalo que le hizo Guillermo III, príncipe de Orange, a su esposa, la reina María II de Inglaterra, por lo que sirve como símbolo de los lazos entre los Países Bajos y el Reino Unido. Estos lazos, como ayer en el castillo de Windsor, han quedado igualmente demostrados con la animada charla que Máxima de Holanda ha mantenido esta tarde en Ascot con la duquesa de Cambridge, Kate Middleton, y la duquesa de Cornualles, Camilla.En esta ocasión, la mujer del príncipe Guillermo escogía un estilismo de la firma Elie Saab, formado por una blusa azul bebé de manga larga con transparencias y bordados en macramé y falda de plumeti en el mismo color. Como dicta el protocolo, llevaba un gran tocado, firmado por Philip Treacy y pendientes de Kiki McDonough. Un look romántico muy en la línea de Kate con el que, sin duda, acertaba.
Y como ella, la que no pasó desapercibida es Máxima de Holanda, que en el pasado evento de la Orden de la Jarretera, ya se convirtió en la absoluta ganadora de este «duelo de estilo royal». Haciendo gala de su habitual simpatía, la argentina se decantaba por un vestido de la firma Natan en color tostado, pero lo que se llevaba todas las miradas era su tocado